«No es perdedor el que pierde, perdedor es el que se rinde»

Yo nunca he sido perdedora…pequeñita y menuda, llevo toda la vida luchando.

He caído, recaído… y ha sido cada vez más duro, así me lo parece y no se puede explicar.

He necesitado ayuda, pero he sido yo la que se ha revelado y me he dicho, con mis pocas fuerzas o ninguna: “¡Vamos! ¡Continúa! ¡No te rindas!”

Me ha costado mucho, por qué mentir. Mi familia, la medicación, y ASAPME, esta vez, han sido mi apoyo, me han lanzado de nuevo a la vida.

Sé qué la lucha no acaba, estoy alerta; con el tiempo he aprendido a conocerme, además, Óscar nos ha enseñado mucho en la Asociación y no ha caído en saco roto.

Doy amor, me gusta darlo, sale de mí…

Dicen que después de una crisis la persona no es la misma. Creo que es cierto.

Quiero mucho a mi niña interior, la mimo y cuido ¡Qué abandonada ha estado!

No soy ni buena ni mala. Una mezcla diría… aunque me gustaría ser más buena. Traviesa, diría yo, que soy. Hay un libro de una famosa escritora titulado “La loca de la casa”, me acorde el otro día.

En el hogar aporto informalidad y también vitalidad.

Sentí mucho el nido vacío y ver lo pronto que le crecen alas a los hijos. Y es ahora cuando me doy cuenta de lo mucho que me he aburrido, de la apatía que he sobrellevado tanto tiempo. Qué vacío, que sensación de sentir que no servía para nada….

La ansiedad sigue, es mucha menos, pero sufro y no la dejo atrás.

 Lucho, lucho, lucho, así, hasta el infinito…

Bego