Las tradiciones son inherentes al ser humano y, probablemente, nacen a la par que el hombre. Son costumbres, más o menos elaboradas, que se dieron en un momento y sobrevivieron algún tiempo o incluso han perdurado hasta la actualidad.
Las tradiciones, por ser algo que nace en la mente de los hombres, pueden versar sobre cualquier aspecto del ser humano; es decir, desde cosas más o menos banales, como puede ser la costumbre que existe en algunos pueblos de remojar a los jóvenes forasteros en una fuente, o por motivos más trascendentales, como pueden ser los ritos que realizaban antiguos pueblos para tener buenas cosechas.
Se trate de un motivo u otro, hay costumbres que tienen más vida que otras. Y esto puede deberse a la aceptación por parte de los hombres y a la confrontación que tienen estas costumbres con el momento sociocultural y científico de una sociedad, la evolución de nuestra civilización o, sencillamente, un grupo de personas en un determinado contexto.
Santiago
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Hay tradiciones y tradiciones, las hay basadas en el empirismo popular, otras son supersticiosas pero simpáticas (San Cucufato) y luego están esas otras…Por ejemplo, la tradicional talla del marfil que ha llevado a los elefantes al borde de la extinción, o las diversas mutilaciones (genitales o de otras partes corporales) que se perpetran sobre niños y adolescentes de ambos sexos para que «se hagan adultos». Junto al momento sociocultural y científico yo añadiría la ética basada en el respeto a la persona humana como entidad consciente y con voluntad propia.
Muchas gracias, Chuaquín, por tu aportación. Nos parece muy interesante tu visión y los ejemplos que has expuesto.