Relatos de una vida

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Mi vida comenzó el 12 de abril de 1977. Nací en una bella y pequeña ciudad llamada Valladolid. Cuando tenía tres años, mis padres percibieron que algo me pasaba, porque no contestaba cuando me llamaban. Fuimos al médico y me diagnosticaron hipoacusia en los dos oídos, lo que indicaba que mi vida iba ser dura pero había que pelear.

El transcurso de mi adolescencia fue un poco frustrante, por la incomprensión del profesorado y, a veces de la familia, ya que era muy rebelde y, al mismo tiempo, muy sensible, hasta que llego un día que caí en una depresión. No quería saber nada del mundo, me veía como un bicho raro, me dolía la cabeza y tenía mareos…

Fuimos, por primera vez, a un psiquiatra y me diagnosticaron trastorno de personalidad. Comencé a tomar medicación y me centré en hacer lo que me gusta, como es pasear, hacer voluntariado, leer, pintar, hacer punto, asistir a conferencias y cursos…

Varias personas me ayudaron a buscar trabajo, y esto me motivó bastante.  Fui madurando y adaptándome, poco a poco, a esta situación. Y aunque mi vida laboral no fue buena, por varios malentendidos, fui aprendiendo a disfrutar del momento.

Conocí a un chico que me ayudó a sentirme valiosa y a no dar tanta importancia a las cosas.  Me consideraba perfecta, fuerte, y no entendía por qué yo no trabajaba, ya que veía cómo me esforzaba.

Hoy en día sigue enseñándome muchas cosas. Me aporta humildad, serenidad y tranquilidad. Es una gran persona: bueno, servicial, prudente, tranquilo, tiene detalles conmigo y, realmente, me gustaría que mi relación con él siguiera…

Él también tiene un problema de salud mental y, aunque a veces me cuesta entenderle, por su falta de voluntad, con buena intención todo se consigue y él siempre tendrá una puerta abierta…

S.P

Tres cosas hay en la vida

file7181334521100Nacer, vivir y morir…son las tres cosas más ciertas, a mi entender.
Todo está englobado en estos tres aspectos. Aunque no elegimos dos de ellas, sí tenemos el deber de vivir.
Vivir de una manera plena, sin adelantarnos a nada, pues sabemos que la última abre por sí sola la puerta, sin llamar…
Lo curioso es que en nuestra memoria no hay ningún recuerdo del momento más importante: cuando nacemos. Eso sí, todo lo que rodea ese instante, llena de júbilo y satisfacción al entorno.
Vivir sí depende de nosotros; de elegir cada acto, cada situación; de elegir cada instante, cada palabra.

Vivir encierra muchas cosas y de ello dependen nuestra salud, nuestros sueños y nuestros logros.

Tres cosas para mí hay en esta vida: nacer, vivir y morir.

Pedro

Una noche en blanco

Las noches pueden ser bonitas si te paras a pensar y a mirar las estrellas. A cual más bella.

#Bratislava_new_SND_late_evening_4Piensas, piensas y piensas, y así se produce tu caminar. Ya no hay libros que estudiar, ni exámenes que aprobar, pues la intempestiva hora era la mayor aliada. Sin desayunos ni cenas, sin historias que escribir, solos tú y la oscuridad. Las farolas apagadas, por un momento, quizá sean los ojos que tienden a cerrarse.

Sin duda, largas líneas de insomnio, con la mirada perdida. Cuántos sueños al limbo, pero eso sí, sin pesadillas que acompañen tu vida. Veo las manecillas del reloj y se oye de fondo el tictac del despertador. Lo peor de todo es que repaso mi vida y, como folio sin estrenar, relato pensamiento tras pensamiento, errores y aciertos.

No hay duda, una noche da para mucho, y si es una noche en blanco mejor que mejor, pues todos sacaremos conclusiones de lo vivido. Al amanecer, cansados y dormidos, tendremos que afrontar el día, contrapuesto a la oscuridad de la noche, pues en eso consiste la vida, en contrarrestar lo bueno con lo malo, la luz con la tristeza. De noches en blanco mi vida poblé, esperando que tal vez un día me diga porqué.

Pedro