¿El gimnasio lo es todo?

people-2573216_1920.jpgHay quién se toma ir al gimnasio como una obligación para mantenerse en forma o adelgazar. Muchas personas lo cumplen a rajatabla, tienen mucha voluntad y motivación. Hay otras como yo,  que no vamos al gimnasio, pero voy a nadar. Sin embargo, está en mi mente esforzarme en hacer gimnasia en casa o volver a coger la bicicleta, que por distintos motivos la tengo aparcada.

Así, podemos crearnos nuestro propio gimnasio, alternando distintas actividades, como correr (si se tiene energía), caminar, subir y bajar escaleras, pertenecer a un equipo de balonmano, fútbol, baloncesto, etc…El pertenecer a un grupo o a un equipo, pienso que socializa más; se crea más ambiente. Elegir está opción depende de la personalidad de cada uno: más individualista o más colectiva.

Hay que cultivar el cuerpo y la mente; ya lo dijo el filósofo: ‘Mente sana corpore sano’. La mente se puede cultivar relacionándote con los demás, viendo buenas películas y teatro, leyendo, viendo por ordenador o televisión documentales pero, sobre todo, viajando, haciendo excursiones, observando la naturaleza, respirando y siendo consciente de cada momento vivido.

María Jesús

Eterna primavera

Hoy es el calor, mañana será el frío, dentro de mí siempre procuraré la primavera. Siempre procuraré que no me afecte el dichoso cambio climático.

Tengo miedo de que una nevada destruya esa cosecha de sueños, de proyectos, de buenas intenciones. Una nevada oscura,  propia de los glaciares, de los circos y lenguas heladas, que consume mi alma.

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Hoy es primavera, y como tal, crecen las flores y el campo está verde. El amanecer se hace más llevadero. Quizá llegue esa tormenta, que ponga un color gris en mi mirada, pero hará que tras ella llegue el arcoíris. Parece que ya caen las hojas. El otoño ha llegado y con él la pesada carga de la realidad diaria. Una mañana más, de un despertar más. Estaciones que pasan, que se llevan un pedacito de ti, que dejan sensaciones y momentos inolvidables.

Llegó la hora y recojo todo lo sembrado en época de cosecha.

Siempre, primavera dentro de mí.

Pedro

Lo que me llevaría a una isla desierta

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Sin duda, a una isla desierta llevaría a alguien con quien compartir la vida. La respuesta podría ser esta: somos seres sociales.

En la vida necesitamos compartir experiencias, amor y también la ayuda de otros hombres para poder sobrevivir. Si esto se necesita en sociedad, cómo no se va a necesitar en la soledad de una isla desierta.

Este es mi sentimiento; sin embargo, en mi pensamiento cabe algo más… y es que el hecho de que yo lo sienta así no implica necesariamente que los demás lo vivan del mismo modo, a pesar de ser seres sociales por naturaleza.

Quizá, esto último sea un matiz generalista y la excepción que confirma la regla, porque es igualmente cierto que en este mundo convivimos con algunos seres que parecen o son antisociales, o tal vez, sea una paradoja…

Santiago