Recordando el Servicio Militar

El Servicio Militar Obligatorio en España ha tenido y sigue teniendo sus defensores y sus detractores. En los años 80, que fue cuando me tocó hacerlo a mí, era bastante popular y los únicos que no querían ir eran los que ya estaban trabajando o los que estudiábamos.

El resto que no tenían otra cosa que hacer si que le podía sacar algún beneficio, como adquirir conocimiento de las armas y del estricto estilo de vida militar.

La vida militar se caracteriza por estar cumpliendo órdenes todo el día. Desde que te levantas hasta que te acuestas te sometes a un rígido y estricto horario, del que puedes descansar solo cuando te lo permiten. Tienes que llevar siempre bien el uniforme y  guardar un buen aspecto y no meterte en problemas. Lo que más se aprecia son los permisos y lo más odioso son las guardias, por lo menos, según mi opinión.

También está el tema de las maniobras, cuando tenías que salir del cuartel a hacer  guardias en polvorines, o a practicar el tiro con diferentes tipos de armas. Yo creo que era lo más  importante de todo el periodo, junto con los servicios, en los que no podías fallar porque podían arrestarte, y eso era lo peor de todo.

No se podía beber alcohol, porque el código militar castigaba este comportamiento.

En realidad, si cumplías con tus obligaciones, podías pasar una mili bastante grata, lo que no es fácil.

Al final del año o año y medio salías con tu licencia en la mano y  con el sentimiento de haber cumplido con un deber.

Como se vio años después, se impusieron los contrarios a hacerla y se consolidó un modelo de ejército  profesional. A mi entender, es obvio que la opción de un ejército profesional es la más adecuada porque ser  soldado es todo un oficio.

 Arnaldo